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viernes, 13 de marzo de 2020

Historia no oficial del Tarot


Teoría de los 5 elementos y dolor de espalda



Los arcanos mayores y la salud





El Loco
Riesgo de desórdenes, descuidos, excesos. Falta de atención o de cuidado en los procesos de  sanación.  Adicciones, insomnio.

El Mago
Muy buena salud. Si  hay enfermedad, recuperación. Se relaciona con médicos.

La Sacerdotisa
Malestares ocultos, no revelados aún. Puede hablar de   embarazos con dificultades.
Enfermedades de mujeres.

La Emperatriz
Buena salud. Embarazo, anuncios o temas relacionados. Oídos, garganta.

El Emperador
Seguridad de buena salud y estabilidad. Dolores de cabeza, jaquecas.

El Sumo Sacerdote
Problemas de comunicación oral o escrita. Asuntos psicológicos en las relaciones con otros.

Los enamorados
Asuntos. Malestares o enfermedades del crecimiento y de  la adolescencia. Hormonales.

El Carro
Seguridad, buena salud, control. Temas relativos al movimiento.

La Fuerza
Temas y enfermedades sexuales. Problemas cardiacos.

El Ermitaño
Enfermedades o perturbaciones psicológicas y del ánimo. Recomendación de ir al psicólogo. Recomendación de reposo y aislamiento.

La Rueda de la Fortuna
Atender a señales remotas. Hechos inesperados. Puede hablar de accidente, pero no demasiado graves. Enfermedades con sentido kármico. Soluciones de enfrentamiento.



La justicia
Puede hablar de asuntos o enfermedades de musculatura o articulaciones, rigidez. En materia psicológica habla de exceso de rigurosidad y tozudez.

El Colgado
Temas hereditarios o de la infancia. Invalidaciones. Sistema linfático e inmunológico. Problemas neurológicos. Alzas y bajas de presión sin mayor explicación. Crisis. Enfermedades de difícil diagnóstico.

La muerte
Malestares que acompañan a los procesos de cambio.

La Templanza
Buena salud.

El Diablo
Enfermedades crónicas. Adicciones, jaquecas, excesos, resistencias físicas, alergias. Enfermedades ocultas y persistentes.

La Torre
Corazón, aparato circulatorio y presión sanguínea. Enfermedades de la boca. Pueden ser malestares que llegan de improviso y con mucha fuerza. Por ejemplo un dolor de muelas, aftas.

La Estrella
Buena salud en general. Temas psicológicos. Cierto grado de descuido. Somatizar.

La Luna
Embarazo. Anuncio o asunto relativo. También habla de estados depresivos. Males recurrentes y que no se revelan siempre. Cosas del pasado que se repiten.

El Sol
En general es buena salud. Si hay enfermedad, puede hablar de temas de los hijos. Si hay enfermedad se refiere a temas de la cabeza, piel, jaqueca, tumores.

El Juicio
Enfermedades que tienden a repetirse o que recurren.

El mundo
Buena salud. Fin de periodos difíciles. Procesos integrativos. En caso de enfermedad, fin. Habla de muerte, cuando ella es esperada como un beneficio.

ARCANO PERSONAL


El arcano personal es una de las herramientas de autoconocimiento más importantes del Tarot, la cual permite explorar la personalidad del individuo desde nuevas perspectivas. Para determinar el arcano personal, es necesario reducir los números de la fecha de nacimiento a una sola cifra (por medio de procedimientos matemáticos simples).
El número obtenido en el proceso, debe corresponder con uno de los 22 Arcanos Mayores del Tarot, por lo que la cifra en cuestión tiene que encontrarse en el rango del 1 al 22.
Es importante destacar que, en el cálculo del arcano personal, el Arcano Mayor El Loco, al que se le atribuye el número cero (0), pasa a identificarse con el número veintidós (22).


 Las cartas de tarot como arcano personal
Conocer tu arcano personal es un poderoso ejercicio de autodescubrimiento, que te ayudará a observar el potencial que permanece oculto, además de aquellos rasgos de la personalidad que deseas superar.
Una vez determines cuál es tu arcano personal, te invito a que examines su imagen con detenimiento, y analices la influencia que el arquetipo en cuestión ha ejercido en tu vida. A continuación, se presenta una breve descripción de los aspectos más relevantes de los Arcanos Mayores del Tarot de la Marsella, utilizados como arcano personal.
EL MAGO (1)
Mente práctica. Multifacético. Intuitivo. Seguro de sí mismo. Creativo. En baja vibración, puede ser un individuo imprudente, apático o egoísta.
LA PAPISA O SACERDOTISA (2)
Sujeto equilibrado y comprensivo. Analítico e interesado en adquirir conocimientos. Prudente y leal. En baja vibración, representa a alguien depresivo, amargado, manipulador y con conflictos de fe.
LA EMPERATRIZ (3)
Generoso, entusiasta, creativo y práctico. En baja vibración, puede dejarse dominar por el miedo interno, transformándose en alguien peligroso, soberbio, ambicioso e iracundo.
EL EMPERADOR (4)
Confiable, motivador, disciplinado, responsable, y justo. En baja vibración, es autoritario, y prefiere optar por lo seguro antes que correr riesgos, a pesar de que esto no agrave la situación actual.
EL PAPA O SUMO SACERDOTE (5)
Motivador, comprensivo, dispuesto a dar apoyo o consejo, ético y responsable. En baja vibración, es terco, dogmático, despilfarrador, mentiroso y con problemas de fe.
LOS ENAMORADOS O EL ENAMORADO (6)
Individuo emocional, comprometido con el concepto del amor, aunque ello no menoscaba su espíritu de independencia. Prefiere las relaciones profundas.
En baja vibración, el mundo emocional puede sobrepasarlo, o aturdirlo impidiéndole entrar en acción, o tolerar una situación en exceso, utilizando el amor como excusa.
EL CARRO (7)
Inquieto, voluntarioso, imaginativo, prudente, humilde, y amante de los retos; sin embargo, lo no planificado puede sacarlo de quicio. En baja vibración, es impulsivo y con tendencia a encerrarse en sí mismo.
LA JUSTICIA (8)
Protector, diplomático, preocupado por el bienestar ajeno. En baja vibración, es interesado, subjetivo, intolerante y tiránico.
EL ERMITAÑO (9)
Paciente, serio, responsable, reflexivo, y le gusta seguir su propio ritmo. En baja vibración, puede desconectarse de la vida, convirtiéndose en su propio recluso y negándose a interactuar con otros.
LA RUEDA DE LA FORTUNA (10)
Activo, optimista y con capacidad de adaptación. La Rueda de la Fortuna como arcano personal somete al individuo a cambios constantes e imprevistos, lo que puede motivar el entusiasmo por los retos o (en baja vibración), altos niveles de estrés e irascibilidad.
LA FUERZA (11)
Persuasivo, prudente, valeroso, atraído por el autoconocimiento. En baja vibración es impulsivo, irracional, instintivo y perfeccionista.
EL COLGADO O EL AHORCADO (12)
Digno, abnegado y perceptivo. El arcano de El Colgado recuerda un poco a los planetas retrógrados en astrología, porque impone espacios de tiempo en los que es necesario tener paciencia y repensar los planes, antes de actuar.
Si el individuo cae en la baja vibración del arcano, puede sentirse estancado, pesimista e impaciente.
LA MUERTE O EL ARCANO SIN NOMBRE (13)
Transformador, dotado de pensamiento flexible, dinámico y amante de las novedades. En baja vibración, el sujeto se deja ganar por el apego (a personas y objetos), y observa la vida desde una perspectiva de miedo al cambio.
LA TEMPLANZA (14)
Inspirado, activo (mentalmente), perseverante, alegre, moderado y equilibrado. En baja vibración, es impaciente, inestable, extremista y competitivo (al extremo).
EL DIABLO (15)
Dedicado a la búsqueda del placer, lo que puede conducirlo a un apego excesivo hacia lo material, el autoengaño, el egoísmo y los sentimientos negativos. Este arcano, impulsa la superación personal, una vez vencidos los propios demonios.
LA TORRE O LA CASA DE DIOS (16)
Promotor de cambios, lógico y con capacidad de adaptación. En baja vibración, es obstinado, destructivo e inestable.
LA ESTRELLA (17)
Valeroso, resilente, proactivo, constante, motivador, inspirado y creativo. En baja vibración, las crisis pueden paralizarle, y propiciar pensamientos de pesimismo y desesperanza.
LA LUNA (18)
Intuitivo, sensible, empático, conectado con el inconsciente y las experiencias psíquicas. En baja vibración, es considerado inestable, inconstante, poco práctico y se mira a sí mismo como un ser incomprendido.
EL SOL (19)
Alegre, entusiasta, directo e incapaz de pasar desapercibido. En baja vibración, es un crítico acerbo, imprudente, egocéntrico, inmaduro, terco, obsesivo e impositivo.
EL JUICIO (20)
Consciente, responsable, innovador y dotado de espíritu renovador. En baja vibración, el apego a las personas o circunstancias le impide evolucionar.
EL MUNDO (21)
Maduro, sabio, estable, responsable, humilde, y objetivo. En baja vibración, es egoísta, envidioso, desequilibrado y ambicioso.
EL LOCO (22)
Independiente, irreverente, ingenuo, honesto, rebelde, excéntrico y original.
En baja vibración, se trata de una persona insensata, desordenada, brusca, extremista, nerviosa, y que puede provocar discusiones por el solo placer de llevar la contraria a otros, aunque no tenga la razón.


Adivinación y autoconocimiento: dos visiones excluyentes


      Actualmente el Tarot es usado a partir de dos visiones diferentes y excluyentes: la visión adivinatoria o futurológica y la visión de autoconocimiento. Mientras el Tarot Adivinatorio pretende conocer el futuro, el  Tarot de autoconocimiento  busca la transformación del ser humano. Dentro de ésta visión tenemos varias líneas: Jodorowsky,  Enrique Ezquenazi, Liz Greene, Zigler, etc. A la mía desarrollada a partir de 1987 la llamo Tarot Terapéutico.
 El Tarot Terapéutico tiene como objetivos sintonizar al individuo con su esencia e identificar y ayudar a resolver bloqueos, miedos y otros patrones de conducta que dificultan su realización integral.

         Los cinco principios del Tarot Terapéutico:

1. Nuestras vidas son el producto de nuestras decisiones y no de las circunstancias. Somos plenamente responsables por la vida que tenemos.
2. Tomamos nuestras decisiones a partir de nuestras creencias y patrones de conducta en ellas enraizados; por lo tanto, construimos nuestras vidas a partir de nuestras creencias.
3. El principal obstáculo para alcanzar la realización en cualquier aspecto de la vida somos nosotros mismos, es decir, nuestra resistencia a cambiar los patrones de pensamiento y conducta que no funcionan.
4. Atraemos lo que necesitamos para crecer y no lo que pensamos y menos lo que se nos antoja.
5. Cada uno de nosotros lleva dentro los potenciales necesarios para realizarse en todos los aspectos y ser feliz.

La visión adivinatoria y la terapéutica discrepan en cuatro cuestiones fundamentales:
     
  El individuo y sus circunstancias. El Tarot Adivinatorio pretende conocer hechos, el Tarot Terapéutico comprender los hechos que ya conocemos. El centro de la cuestión no está en los hechos y las circunstancias sino en el individuo que las vive.
  La cuestión del destino.  Para quien hace futurología, el destino gobierna nuestras vidas: “Si naciste para martillo, del cielo te caen los clavos” y el Tarot acaba siendo un intermediario entre ese todopoderoso destino y los simples mortales. Así, somos  reducidos a espectadores de nuestras propias vidas, por no decir a pollos de granja.
Para el Tarot Terapéutico somos los “cocineros” de nuestro destino, continuamente lo estamos creando a partir de nuestras decisiones, acciones y omisiones y en cualquier momento tenemos la posibilidad de cambiarlo. Nuestra capacidad de crear nuestro futuro es proporcional a nuestra conciencia. El Tarot Terapéutico es una herramienta para cambiar el destino, pues nos ayuda a tomar conciencia de lo que realmente está dificultando nuestra realización y muestra qué actitudes necesitamos tomar si queremos liberarnos.

  La cuestión de la responsabilidad. Para el Tarot adivinatorio el ser humano es un esclavo. ¿Qué libertad puede tener alguien cuya vida está amarrada al destino, hasta el punto de poder conocer su futuro? Libertad y responsabilidad caminan juntas. Si insistimos en mostrar a nuestros consultantes que sus vidas son el producto de extrañas, ajenas e imprevisibles fuerzas como el azar, destino, divina voluntad, o trabajos de magia estamos degradando los seres humanos a la categoría de irresponsables que nunca podrán liberarse por sí mismos. Y entonces llegan los salvadores...       
Según  la visión terapéutica somos totalmente responsables por la vida que llevamos. Parar de colocar la responsabilidad (o la culpa) de nuestra situación en los demás, en la pareja, los padres, el jefe, el gobierno, el destino... es el primer paso para cambiar. “La felicidad y la fortuna son cuestiones de elección y no de suerte”. Osho.
  La cuestión del bien y del mal. El bien y el mal no son verdades absolutas. Lo que es bueno para una persona hoy, puede no serlo mañana. Lo que es bueno para mí, puede no serlo para usted. No existen enfermedades y si enfermos. El Tarot Terapéutico  no trabaja con el bien y el mal, sin embargo considera: 
a.- que existe un aspecto nuestro, particularmente íntimo que no fue alcanzado por las manipulaciones y chantajes de la programación familiar, donde reposa la esencia del ser humano.
b.- que algunos aspectos de la programación familiar fueron negativos. Estas consideraciones son ajenas al Tarot adivinatorio que muchas veces toma prestados sus conceptos de bien y mal de las religiones oficiales, adoctrinando todavía más sus consultantes y dificultando que éstos sean ellos mismos.

 En el Tarot tenemos tres grupos de cartas:

Los 22 Arcanos Mayores son representaciones simbólicas de los Arquetipos o Ideas Universales presentes en el inconsciente colectivo que cambian con la evolución de la humanidad. Representan también estados de conciencia y sus manifestaciones prácticas que van de la potencialidad absoluta del Loco hasta la realización plena del Universo.
Las 16 Figuras de la Corte dejan de ser personas, hombres y mujeres con determinadas características físicas o psíquicas que  van a aparecer o desaparecer, trayendo alegrías o desgracias, para transformarse en 16 tipos de personalidad que, dependiendo de la posición en la cual aparecen, se manifiestan como actitudes diferentes, más neuróticas o más creativas.
Los 40 Arcanos Menores son expresiones de nuestra vida cotidiana en cuatro aspectos:
·         Los de Bastos o de Fuego muestran como el consultante expresa su energía, abarcando fundamentalmente el mundo profesional y las manifestaciones instintivas y creativas.
·         Los de Copas o de Agua, muestran diferentes estados emocionales.
·         Los de Espadas o de Aire, indican como está nuestra mente y cuáles son sus mecanismos.
·         Los Discos (Oros, Pentagramas o Monedas) o de Tierra, hablan de nuestra relación  con nuestro cuerpo físico y con el mundo material.
Observemos como se establece un paralelismo exacto entre la estructura del Tarot y la del ser humano que facilita la entrada en profundidad en los cantos oscuros de la psique.

La Lectura Terapéutica
Los viejos sistemas de lectura tipo: Presente, Pasado y Futuro no sirven más si queremos colocar el centro de la cuestión en la auto transformación del ser, es decir, en identificar los patrones de conducta, sistemas de creencias, bloqueos y miedos que tienen que ser disueltos y en las actitudes a tomar para crecer.
Así, desarrollé en 1987 la LECTURA TERAPÉUTICA, a partir de la tradicional Cruz Céltica, sistema basado en una disposición de diez cartas siendo que el número inscrito en cada carta de la ilustración indica en qué orden la carta fue extraída de la baraja.

Veamos sus posiciones:


Una sesión de Tarot Terapéutico  tiene un paralelismo interesante con una consulta con un profesional de la salud. En primer lugar no lo visitamos por curiosidad sino porque algo nos duele. 

El Tarot Adivinatorio parece con la medicina hospitalaria:

 - Doctor me duele aquí.

 - Muy bien, tómese este analgésico para el dolor y este antibiótico (ambos agentes externos) para acabar con el virus (otro agente externo). Así usted va a sanar y en una semana va a volver al trabajo y a hacer su vida normal.

Las causas de la enfermedad y la manera de acabar con ella, según este tipo de medicina, están fuera de nosotros y aparentemente nada tienen que ver con el tipo de vida que llevamos y mucho menos con nuestros patrones de pensamiento y conducta.

En el Tarot Adivinatorio sucede algo parecido: las causas de nuestros problemas son externas y las soluciones también son externas: ¿Va a aparecer el hombre de mi vida? ¿Mi empresa va a dar lucros? ¿Voy a ganar en la lotería?

            En el Tarot Terapéutico, las cartas del Momento Actual que muestran las dificultades y conflictos por los que estamos pasando, son los síntomas de una enfermedad formada por un conjunto de patrones de conducta-pensamiento programado, denunciados por las cartas de la posición del Ancla.

Tampoco nos quedamos satisfechos con una receta, queremos saber las causas de nuestra enfermedad y qué debemos hacer para, una vez curados, no volver a enfermarnos. En el Tarot Terapéutico tenemos las cartas de la posición de la Infancia, que muestran los orígenes inconscientes del Ancla, las causas profundas que nos llevan a enfermarnos. Aquí, tomamos conciencia de los trazos de personalidad que el niño adquirió para obtener la aprobación familiar, fundamental para su supervivencia psíquica. Observen que todos estos no son agentes externos, gérmenes o virus, sino que están dentro y muy dentro.

El profesional de la salud sabe muy bien que el organismo tiene un centro autorregulador para recuperar la salud. Sería más correcto, entonces, ayudar al cuerpo a recuperarse que curarlo. En el Tarot Terapéutico, escuchamos la voz de este centro en la posición de la Necesidad Interna o Voz de la Esencia.

Cuando comprendemos los conflictos internos, sus orígenes y manifestaciones, cuando tenemos un diagnóstico, llega el momento de la acción. Necesitamos un método de trabajo que cambie nuestra vida. El doctor sugerirá actitudes, iniciativas y medicinas que nos lleven a recuperar la salud. En el Tarot Terapéutico  tenemos aquí las cartas de la posición del Método.

             También queremos saber cómo iremos evolucionar durante el tratamiento, es decir, como va a ser nuestro camino de recuperación y qué resultados podemos esperar. Todo eso es mostrado por las cartas del Camino de Crecimiento y de los Resultados Externo e Interno.

 Resumiendo:
Tarot Terapéutico
Sanador
Conflictos
Sintomas
Ancla
Enfermedad
Infancia
Origenes de la enfermedad
Método
“Receta”
Camino de Crecimiento y Resultados
Evolución del cuadro

Comenzar las interpretaciones de cada posición a partir de las frases siguientes pude ayudar mucho al iniciante.

 Momento actual: Estás sintiendo el impulso interno de ...
Estás tomando conciencia de… 
Estás cuestionándote…
Ancla: La dificultad interna que te impide crecer y que  tienes que (y puedes) eliminar es...,
Infancia: Para ser mínimamente aceptada tuviste que...
Tuviste que adaptarte a un ambiente de...
Relaciones: Tu imagen o  actitud  ante las relaciones es...
Lo que sustenta la relación es...
El momento que  vives en la relación es...
Necesidad interna: Tu esencia te está pidiendo que te des cuenta de...
o que trabajes...,
Método: Sugiero que hagas...
Sugiero que dejes de hacer…
ES importante tomar consciencia de…
Camino de crecimiento: Como consecuencia de...,
Creces en la medida que...,
Te das cuenta y vas asumiendo, comprendiendo o eliminando... 
Resultado interno: Resolviste las dificultades internas para... Eliminaste.....
Desarrollastes tales talentos y capacidades...
Resultado externo: Encaras el mundo con la actitud de...
Atraes una situación externa que te obliga a encarar y te da la chance de resolver...

Colocaremos varias cartas para cada posición, formando así un mapa del proceso que el consultante está viviendo, dando las orientaciones precisas para que de un gran salto hacia delante en su vida.

El Tarot, sus orígenes

 Introducción

El tarot es una baraja de naipes a menudo utilizada como medio de consulta e interpretación de hechos (presentes, pasados o futuros), sueños,​ percepciones o estados emocionales que constituye, además, un tipo de cartomancia. Sus orígenes datan al menos del siglo XIV. La técnica se basa en la selección de cartas de una baraja especial, que luego son interpretadas por un lector, según el orden o disposición en que han sido seleccionadas o repartidas. La baraja de tarot está compuesta por 78 cartas, divididas en arcanos mayores y menores. La palabra «arcano» proviene del latín arcanum, que significa "misterio" o "secreto".
Las primeras referencias al tarot aparecen en el siglo XV en Italia. La baraja más antigua es el tarot del duque de Milán, Filippo María Visconti (1412-1447), hoy día en la Biblioteca de la Universidad Yale.​ Es conocida actualmente como la baraja Visconti-Sforza.
De acuerdo al historiador italiano Giordano Berti, algunas imágenes del tarot de Filippo María Visconti son iguales a las de otra baraja diseñada por el duque en 1415: el juego Los XVI Héroes.
En estudios realizados por ocultistas de los siglos XVIII y XIX, como Antoine Court de Gebelin, Eliphas Levi y el doctor Gérard Encausse (Papus), se intenta demostrar la conexión existente entre el tarot y la cábala, así como con el simbolismo egipcio.
Según plantean los investigadores Daniel Rodes y Encarna Sánchez, el origen del tarot habría que buscarlo entre los cátaros medievales y la cultura occitana, cuya filosofía encaja perfectamente en la idea básica del juego de tarot.​
Así, la presencia de una papisa, la importancia de los personajes femeninos y claras referencias a un cristianismo distinto al de la ortodoxia romana harían pensar en un uso original del tarot como una transmisión de un conocimiento filosófico, si bien con el paso del tiempo pasarían a ser usadas como un sistema adivinatorio. Pero la papisa fue, en realidad, un símbolo de la fe cristiana, como demuestran numerosas obras de arte de la Edad Media.
Otros autores afirman que los gitanos, en su deambular por los países europeos, promovieron el tarot como un sistema adivinatorio. Hay, de hecho, quien sostiene que el tarot logró sobrevivir a la Inquisición, ya que los gitanos no representaban objetivos prioritarios de la jurisdicción inquisitorial, por los que ellos, sus conocidas prácticas esotéricas y sus efectos personales consiguieron zafarse de la persecución y la hoguera y llegar hasta nuestros días. Pero es cierto que los gitanos llegaron a Europa cuando el tarot era ya conocido. Por otra parte, el tarot se juega en Italia desde el siglo XV, y en el siglo siguiente se propagó en muchas regiones de Europa: en primer lugar Francia, después Suiza, Bélgica, Alemania y Austria. La adivinación con el tarot aparece con seguridad en Italia y Francia en el siglo XVIII.
Parece que los motivos específicos por los cuales fueron añadidos los "triunfos" a la estructura del mazo corriente de cuatro palos de 14 cartas, eran ideológicos.
Durante mucho tiempo las cartas de tarot permanecieron como un privilegio de la clase alta y, aunque pueden rastrearse hasta el siglo XIV algunos sermones que arrojaban invectivas contra el demonio inherente a las cartas, la Iglesia católica y la mayoría de los gobernantes civiles no condenaban habitualmente las cartas de tarot en los primeros tiempos de su aparición. De hecho, en algunas jurisdicciones las cartas de tarot estaban específicamente exentas de normas legales que, por el contrario, prohibían el juego de cartas.

Orígenes de Tarot
Tratare de dar la explicación más plausible sobre el origen de las cartas normales del juego y del tarot en particular, siguiendo el orden cronológico y detalles de las primeras barajas, semejantes a las del tarot, que fueron populares en Italia durante el siglo XV siguiéndolas en su evolución hasta la definitiva baraja del tarot del siglo XVIII.

El Libro egipcio de Thoth
En el volumen I de la obra Le Monde primitif, de 1781, Court de Gebelin ofrece una convincente argumentación a favor del origen egipcio de las cartas del tarot. Sostiene que los veintidós arcanos mayores son un antiguo libro egipcio, El Libro de Thoth, salvado del incendio que destruyó los templos. Thoth era el Mercurio egipcio, considerado como uno de los primeros reyes, y el mítico inventor de la palabra y de los jeroglíficos, letras insertadas en una cadena de acontecimientos místicos. Muchos estudiosos de las ciencias ocultas reconocen en las cartas del tarot las páginas de los libros jeroglíficos, que encierran, en una serie de símbolos y figuras emblemáticas, los principios de la filosofía mística de los egipcios: Gebelin estaba convencido de que los símbolos esotéricos del tarot se difundieron por toda Europa a partir de las tribus nómadas de los cíngaros o gitanos.

Ajedrez
El Chaturange o juego de los Cuatro Reyes, es muy semejante a las cartas de juego de cuatro palos. Este juego oriental, que se remonta a los siglos V-VI, precursor del moderno juego del ajedrez, tenía en su origen el Rey, el General (la actual Reina) y el Caballo, además de los Peones o soldados rasos. Al principio no existía la Reina, ya que la presencia de una figura femenina en un juego que reflejaba la estrategia bélica contrastaba con la idea original del decoro. Es probable que, en cierto momento, algunos jugadores indios se quedaran sin alguna pieza del Chaturange, recortaran las figuras que faltaban valiéndose de una corteza de árbol o de un papel dando así origen a un nuevo juego.

China – Ajedrez – Dominó – Dados
Un tipo de cartas chinas tiene el mismo nombre que el ajedrez chino, Keu-ma-pou, o Carros – Caballos – Fusiles, por lo cual podemos pensar que los juegos de cartas derivan del ajedrez chino.
Se cree que el dominó chino, punteado como los dados –de los cuales parece derivar- se usó al principio en las prácticas adivinatorias. Está compuesto por veintiuna piezas, que representan las combinaciones de los dos dados. Algunos expertos consideran que las cartas de juego derivan, en último término, de los dados, a través del juego chino del dominó de madera.

Flecha adivinatoria coreana
Las barajas coreanas de ochenta cartas, llamadas Htou-Tjyen, sugieren la idea que los juegos de cartas coreanas derivan de las flechas adivinatorias. Estas cartas suelen ser fajas de papel oleado, de 20 cm de longitud y 0,5 cm de anchura. El reverso está uniformemente decorado con una flecha emplumada. Las barajas incluyen ocho palos. Las cartas presentan frontalmente haces de flechas estilizadas que conservan, respecto a los distintos palos, el significado simbólico del carcaj. Por eso se ha pensado que estas cartas traen su origen de las flechas adivinatorias.

Los cíngaros o gitanos
Muchos asocian las cartas adivinadoras a los cíngaros, originarios del Indostán y expulsados de Italia, a comienzos del siglo XV, por Timur Lenk, el conquistador musulmán de la mayor parte del Asia Central y de la Europa Oriental. Los cíngaros son universalmente reconocidos como los cartomantes por antonomasia, pues se cree que llevan en la sangre las virtudes adivinatorias.
Tribus de cíngaros empezaron a desplazarse hacia Occidente alrededor del año 1400, atravesando el Indo, Afganistan y los desiertos de Persia y moviéndose a lo largo del Golfo Pérsico, hasta la desembocadura del Eufrates. Adentrándose en los grandes desiertos de Arabia encontraron distintos caminos hacia Europa. Pequeñas tribus nómadas se habían detenido en Creta, Corfú y los Balcanes, antes del 1350. En 1417, una tribu de cíngaros llegó cerca de Hamburgo, en Alemania. Otras fuentes hablan de cíngaros en Roma en 1422 y en Barcelona y París, en 1427.
Sea como fuere, existen buenas pruebas para creer que los cíngaros llegaron a Europa sólo algún tiempo después de la aparición de las cartas de juego.

Johannes, un monje alemán
En una carta enviada por este monje a Brefeld, en Suiza, afirma que “un juego llamado el juego de las cartas (Ludus cartarum) ha llegado a nosotros este año de 1377”; pero añade que “ignora cuándo fue inventado, donde ni por quien”.
En su tratado –que se conserva en la colección del Museo Británico de Londres-, Johannes compara el juego de las cartas con el del ajedrez “ya que en ambos hay reyes, reinas, nobles y plebeyos”.




Mazos antiguos de tarot
Las cartas de tarot más antiguas que sobreviven son las del llamado Tarot Cary-Yale (o Tarot Visconti-Modrone), que fue creado en 1442-1447 por un pintor anónimo para los Visconti-Sforza, la familia dominante de Milán.​ Las cartas (solo 66) están hoy día en la Biblioteca de la Universidad de Yale, EE.UU.
Entre los primeros mazos de tarot, el más famoso fue pintado a mediados del siglo XV para celebrar la conquista del poder en Milán por Francesco Sforza y su esposa Bianca Maria Visconti, hija del duque Filippo Maria. Probablemente fue pintado por Bonifacio Bembo, pero algunas cartas fueron hechas por miniaturistas de otra escuela. 35 de las cartas están en la Biblioteca y Museo Morgan, 26 en la Accademia Carrara, 13 en la Casa Colleoni y dos, el Diablo y la Torre, se encuentran pérdidas o, quizá, no se hicieron nunca. Este mazo de tarot "Visconti-Sforza", que ha sido largamente reproducido, combina los palos de espadas, bastos, oro y copas y las figuras rey, reina, caballo y sota con triunfos que reflejan la iconografía convencional de la época en un grado significativo.

Las cartas de triunfo
Las cartas que más adelante caracterizarían al tarot parecen haberse desarrollado unos 40 años después, y se mencionan en el texto superviviente de Martiano da Tortona.11​ Se cree que Martiano lo escribió entre 1418 y 1425, dado que en 1418 su pintor Michelino da Besozzo volvió a Milán, y Martiano murió en 1425. No se puede probar que las cartas de tarot no existieran antes de esa fecha, pero parece improbable ya que el texto de Martiano fue escrito por lo menos quince años antes que otros documentos corroborativos.
El mazo del Tarot que Martiano describe se puede considerar un precedente del mazo que conocemos hoy en día, ya que es distinto en algunos aspectos; por ejemplo, su mazo tenía solo 16 triunfos, sus figuras no eran comparables a las cartas ordinarias de tarot (hay dioses de la mitología griega) y los palos no son los españoles comunes sino cuatro clases de pájaros.
Lo que vincula al mazo de Martiano con las cartas de tarot es que esas 16 cartas estaban consideradas como triunfos en el juego de cartas; alrededor de 25 años después, un casi contemporáneo, Jacopo Antonio Marcello, las llamó ludus triumphorum, o «juego de los triunfos». La correspondencia en la cual Marcello usó ese término ha sido documentada y traducida en Internet.
El siguiente documento que parece confirmar la existencia de algo similar a los naipes de tarot, son dos mazos de Milán (el Brera-Brambrilla y el Tarocchi Cary-Yale) —existentes, pero incompletos— y tres documentos, todos del Tribunal de Ferrara, Italia. No es posible poner una fecha precisa a las cartas pero se estima que fueron hechas alrededor de 1440. Los tres documentos datan del 1* de enero de 1441 a julio de 1442, con la palabra trionfi documentada por primera vez en febrero de 1442. El documento de enero de 1441, que usa la palabra trionfi, es visto como poco fiable; sin embargo, el hecho de que el mismo pintor, Sagramoro, fue comisionado por el mismo patrón, Leonello d'Este, como en el documento de febrero de 1442, indica que es al menos plausiblemente un ejemplo del mismo tipo. Después de 1442 pasan siete años sin ningún ejemplo de material similar, lo que permite inferir que no hubo una mayor difusión en esos años.
El juego pareció ganar en importancia en el año 1450, que fue un año de Jubileo en Roma, lo que implicaba muchas festividades y movimiento de peregrinos. Hasta ese momento todos los documentos relevantes apuntaban a un origen de las cartas de trionfi en la clase alta de la sociedad italiana, específicamente las cortes de Milán y Ferrara, en esa época, las cortes más exclusivas en Europa.

El Tarot de Mantegna
El tarot de Mantegna, o las cartas de Baldini, comprende cincuenta cartas instructivas, subdivididas en cinco grupos de diez cartas cada uno. Están ordenadas de acuerdo con el orden Universo. En cada grupo, las figuras respetan una jerarquía de importancia. Cada grupo sigue el orden numérico progresivo y el orden alfabético decreciente, de manera que el último grupo, que comprende la categoría de los planetas, termina con la Causa Primera de todas las cosas, Dios y lleva la letra A.
El museo británico de Londres posee una serie incompleta de cuarenta y siete cartas, que podrían remontarse a 1470 o 1485. En los principales museos y en colecciones privadas de los Estados Unidos y de Europa se encuentran otras barajas.

El Tarot de Venecia
El tarot de Venecia o de Lombardia tiene setenta y ocho cartas, veintidós arcanos mayores y cincuenta y seis arcanos menores. Aparece por primera vez la figura de Papasse (Papisa) que, en los sucesivos mazos de tarot, se convertirá en la Papessa y que, en torno al 1800, en Besancon, adoptará el nombre de Junon.

El pequeño Tarot de Bolonia
Las setenta y dos cartas del pequeño tarot de Bolonia fueron inventadas, al parecer, por Francesco Fibbia, príncipe de Pisa, exiliado en aquella ciudad, donde murió en 1419. La baraja está compuesta por los acostumbrados veintidós arcanos mayores, mientras que las cartas numéricas son sólo cuarenta, ya que las cartas menores (2, 3, 4 y 5) de todos los palos han sido eliminadas. Ni en los arcanos mayores ni en las figuras se ven títulos ni nombres. Los primeros cuatro atouts no están numerados y las figuras del Papa, del Emperador y de la legendaria Papisa son sustituidas por los moros, probable consecuencia de la anexión de Bolonia al Estado Pontificio, ocurrida después del 1513. Los palos son los acostumbrados: espadas, bastos, copas y oros.

La baraja de Florencia
Es semejante al mazo de setenta y ocho cartas, pero aquí el número de cartas se eleva a noventa y siete. Comprende cuarenta y una cartas de triunfos, diecinueve de la serie original, además, los doce signos del zodiaco, los cuatro elementos, las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y una virtud cardinal (Prudencia).
Las primeras treinta y cinco cartas, llamadas papi, están marcadas con números romanos y carecen de títulos. Las siguientes cinco cartas no numeradas, llamadas arie, son colocadas, sin título: Las estrellas, La Luna, El Sol, El Mundo y el Juicio Final, a veces representado en la Fama. Los Honores, también sin nombres, son invariablemente figuras aisladas. Este juego es anterior al pequeño tarot de Bolonia y se remite parcialmente al tarot de Venecia.

Baraja Visconti – Sforza
Una de las más antiguas barajas existentes tuvo su origen en Milán en el siglo XV, Francesco Sforza, cuarto duque de Milán, fue el primer poseedor de una baraja de tarot de setenta y ocho cartas, llamada hoy “baraja Visconti – Sforza”. Consta de los cuatro palos (espadas, bastos, copas y oros) y de los veintidós arcanos mayores incluido el Loco. Esta baraja fue pintada probablemente, entre 1432, año en el que el matrimonio de Francesco Sforza y Blanca María Visconti unió a las dos familias, y 1466, año en que murió el duque Francesco.
Treinta y cinco cartas de esta baraja –incluidos los arcanos mayores, sin título ni número- fueron adquiridas, en 1911 por la Pierpont Morgan Library de Nueva York. De las restantes cartas, veintiséis están en posesión de la Accademia Carra de Bérgamo y trece, de la familia Colleoni, también de Bérgamo. Las cuatro cartas que faltan, se han perdido.

El Tarot de Marsella
A finales del siglo XV, la baraja del tarot italiano había sufrido modificaciones y en toda Europa, aunque especialmente en Francia, el tarot de Marsella –distinto en el estilo y en el dibujo, pero idéntico en lo demás- alcanzó gran popularidad. Los veintidós arcanos mayores y los dieciséis honores presentan figuras enteras en lugar de las desdobladas en dos mitades, de uso en las barajas modernas del tarot piamontés. Por otra parte, en las más antiguas barajas vemos la numeración romana en vez de la árabe. Las cartas del tarot que circulaban por Europa, fuese cual fuese su procedencia, tenían siempre los títulos de los arcanos mayores en francés y los símbolos de los palos eran constantemente los italianos: espadas, bastos, copas y oros.

El pequeño Tarot de Mitelli
Giuseppe María Mitelli, grabador y pintor boloñés, nació en 1634 y murió en 1718. En 1664, Mitelli grabó una serie de setenta y dos tarots, compuestos por cuatro palos, cuatro honores y cartas numeradas del 10 al 6 y el as, además de veintidós atouts, incluido el Loco. El atout más alto es el Juicio y el más bajo, el Tiempo. En el as de Copas se ve el escudo de Bentivoglio –noble familia boloñesa de antiguo origen -, los destinatarios de las cartas grabadas.
Mitelli alteró notablemente las representaciones normales de los atouts o triunfos. Por ejemplo, las figuras de los Papas (masculino y femenino) se convirtieron en dos Papas barbudos, uno, sentado y el otro, de pie, este último probablemente, entendido como el Patriarca de Oriente. El Emperador y la Emperatriz están representados como los soberanos de Oriente y Occidente. El Ahorcado (Le Pendu) es sustituido por un hombre que golpea a otro con un martillo de herrero. El Ermitaño, con pesada armadura, se transforma en una figura desnuda y alada, el Tiempo, apoyada sobre muletas. El Sol y la Luna, artísticamente elaborados, se convierten, respectivamente, en Apolo, el mitológico dios griego, y en Diana, la mitológica divinidad romana.
El dibujo es de delicada factura, en particular, el Loco y el Mago, exquisitamente expresivos. En general se encuentra alguna dificultad en hacer coincidir estas figuras con las tradicionales. Las cartas de Mitelli son admirables, más que por su factura por el carácter estrambótico y genial de los dibujos.

Tarot clásico
La clásica baraja del tarot del siglo XVIII se basa en los originales grabados en madera Claude Burdel. La baraja de Burdel contiene los habituales palos italianos y los veintidós arcanos mayores. El dos de oros lleva la inscripción “Claude Burdel Cartier et Graveu, 1751”. La presencia de las iniciales “C.B.” en el tres de copas y en el Carro demuestra que Burdel era también fabricante de cartas. Pese a la presencia del escudo francés en las barajas de Burdel, es posible que las cartas fuesen emitidas originariamente en Suiza, en Soletta o en sus alrededores, desde el momento en que el escudo francés también adorna los grabados de este cantón, probablemente porque Soletta fue durante años la residencia del Embajador francés cerca de la República Helvética.

Etimología de las voces tarot y tarotée
El origen de la palabra tarot, como el de las mismas cartas permanece oscuro. Algunos estudiosos creen que deriva de lemas egipcios, mientras que otros la consideran como una evolución del término tarotée, que indicaría el reverso de las primeras cartas, de líneas entrecruzadas transversales de distinta longitud, mantenido en las cartas modernas.
Otras cartas antiguas estaban adornadas con una faja de plata, decorada con una espiral formada por pequeños puntos. Estos semejantes a pequeños agujeros, eran llamados tares, y las cartas decoradas de esta forma fueron llamadas tarots o tarotées.
La palabra tarot podría derivar también de los juegos tarochi o tarochino, a los que ya me he referido.
En los estatutos de la Corporación de los fabricantes de cartas de París (1954), los “cartarios” se llaman a sí mismos tarotiers, derivación de la palabra tarot.