La
fecundación es la unión del óvulo y el espermatozoide para que se pueda
producir un embarazo. En la especie humana, la fecundación es interna, es
decir, tiene lugar en el interior del cuerpo de la mujer, en concreto en las
trompas de Falopio. Ésta es la denominada fecundación natural o in vivo.
También
es posible realizar la fecundación en un laboratorio de reproducción asistida,
proceso conocido como fecundación artificial o fecundación in vitro.
Definición de fecundación
La
fecundación es la fusión de los gametos masculino y femenino, es decir, el
espermatozoide y el óvulo, de manera que se restablece la dotación cromosómica
normal del ser humano (46 cromosomas).
Para
que pueda ocurrir el fenómeno de la fecundación, el hombre debe eyacular en el
interior de la vagina de la mujer. En este momento, los espermatozoides podrán
ascender por el tracto genital femenino y llegar hasta las trompas de Falopio,
lugar donde se encontrarán con el óvulo.
De
los millones de espermatozoides liberados en la eyaculación, tan solo unos
doscientos conseguirán llegar a su destino en la trompa. Finalmente, solo un
espermatozoide interaccionará con el óvulo y tendrá lugar la fecundación del
embrión.
Una
vez los espermatozoides llegan a las trompas de Falopio después del coito,
solamente podrán encontrarse con el óvulo si la mujer se encuentra en sus días
fértiles y ha habido ovulación. En ese caso, los espermatozoides se colocarán
alrededor del óvulo e intentarán fecundarlo.
Etapas de la fecundación natural
Aunque
el proceso de unión entre óvulo y espermatozoides pueda parecer muy sencillo,
lo cierto es que deben darse varios mecanismos y cambios en ambos gametos para
que pueda ocurrir la fecundación.
Etapas
de la fecundación en el ser humano:
1. Penetración
de la corona radiada
El
proceso de fecundación se inicia con la penetración de los espermatozoides a
través de la capa de células que rodea el óvulo: la corona radiada.
Los
espermatozoides consiguen atravesar esta capa gracias a la liberación de la
enzima hialuronidasa y el movimiento de su flagelo (la cola).
Una
vez atraviesan esta capa, los espermatozoides se encuentran con una segunda
barrera: la zona pelúcida, la capa externa que rodea al óvulo.
2. Penetración
de la zona pelúcida
Se
necesita más de un espermatozoide para lograr degradar la zona pelúcida, aunque
finalmente solo uno de ellos podrá entrar en el óvulo.
Para
poder atravesar esta segunda barrera, la cabeza del espermatozoide establece
contacto con el receptor ZP3 de la zona pelúcida del óvulo. Esto desencadena la
reacción acrosómica, que consiste en la liberación de enzimas hidrolíticas
denominadas espermiolisinas. Dichas enzimas disuelven la zona pelúcida para
permitir el paso del espermatozoide.
Asimismo,
la reacción acrosómica provoca una serie de cambios en el espermatozoide que
permiten su capacitación final para poder penetrar en el interior del óvulo
fundiendo sus membranas.
3. Fusión
de membranas
Cuando
el espermatozoide entra en contacto con la membrana plasmática del óvulo, se
desencadenan 3 procesos distintos en el gameto femenino:
La
formación del cono de fecundación
La
despolarización instantánea de su membrana
La
liberación de gránulos corticales al espacio perivitelino
La
formación del cono de fecundación permite la fusión de la membrana del óvulo
con la del espermatozoide para que la cabeza del espermatozoide pueda entrar. A
su vez, gracias a la despolarización de la membrana del óvulo y a la liberación
de gránulos corticales, se evita la entrada de otro espermatozoide.
4. Fusión
de núcleos y formación del cigoto
Con
la entrada del espermatozoide, el óvulo se activa para terminar la meiosis,
proceso que permite la reducción del número de cromosomas. Así, se libera el
segundo corpúsculo polar y los cromosomas se colocan formando una estructura denominada
pronúcleo femenino.
Los
pronúcleos son los núcleos de los gametos, los cuales tienen la particularidad
de disponer de la mitad de cromosomas con respecto al resto de células del
cuerpo, esto es, 23 cromosomas.
Por
su parte, el espermatozoide avanza hasta que su cabeza, que contiene el núcleo
del espermatozoide, queda junto al pronúcleo femenino. La cola se desprende
para terminar degenerando y el núcleo se hincha para formar el pronúcleo
masculino.
Una
vez ambos pronúcleos se encuentran uno junto al otro, ocurre la fusión de
ambos.
Esto
supone que las membranas de ambos pronúcleos desaparezcan para que sus
cromosomas puedan juntarse y que la célula restablezca su dotación cromosómica,
es decir, 46 cromosomas en total.
Todo
este proceso de la fecundación culmina con la formación del cigoto humano:
primera célula del organismo fruto de la unión del óvulo y el espermatozoide.
Además
de todo esto, en la fecundación queda establecido si el futuro bebé será un
niño o una niña en función de sus cromosomas sexuales:
Cigoto masculino
sus cromosomas sexuales son XY y el
futuro bebé será un niño.
Cigoto femenino
sus cromosomas sexuales son XX y el
futuro bebé será una niña.
El
óvulo siempre es portador del cromosoma X. Por tanto, el sexo del embrión se
definirá según si el espermatozoide es portador de un cromosoma X o un
cromosoma Y.
Aunque
hemos visto cada una de las etapas de la fecundación de forma detenida, en la
siguiente imagen puedes ver un esquema del proceso completo.
La fecundación de gemelos y mellizos
Al
contrario de lo que indica la creencia popular, los gemelos no surgen de la
fecundación de un óvulo por dos espermatozoides. Como ya hemos indicado, el
óvulo tiene un mecanismo para evitar la fecundación doble y múltiple, ya que
los embriones resultantes no serían viables.
Si
penetraran 2 espermatozoides en el óvulo, en total habría 69 cromosomas: 23
cromosomas de un espermatozoide, 23 del otro y 23 del óvulo. Este tipo de
embriones serían triploides, es decir, tendrían 3 juegos de cromosomas, y no
podrían seguir con su desarrollo.
Para
que puedan originarse gemelos, la fecundación es idéntica a la que da lugar a
un único bebé: un espermatozoide penetra en el interior del óvulo. La
diferencia reside en las divisiones celulares que ocurren a continuación. En
este caso, por causas aún desconocidas, el embrión se divide en dos y se
originarán dos bebés idénticos genéticamente, lo que implica que serán del
mismo sexo.
El
origen de los mellizos es distinto. En este caso, se produce la fecundación de
dos óvulos distintos, cada uno de ellos por un espermatozoide. Por tanto, los
procesos de fecundación y desarrollo embrionario serían los habituales, con la
particularidad de que los dos bebés se desarrollarían a la vez en el vientre
materno. Los bebés no serían genéticamente idénticos ni tampoco tienen por qué
ser del mismo sexo.
Puedes
consultar este enlace para más información sobre el embarazo de gemelos y de
mellizos: ¿Qué diferencia el embarazo de gemelos del embarazo de mellizos?
¿Qué
ocurre después de la fecundación?
El
óvulo fecundado constituye una nueva célula denominada cigoto, que empieza a
descender por la trompa de Falopio hacia el útero. Durante ese trayecto, el
cigoto se divide para dar lugar al embrión de dos células. El término cigoto
solamente se utiliza para definir el primer estadio embrionario de una única
célula.
A
medida que avanza por la trompa, el embrión seguirá dividiéndose para permitir
la formación del blastocisto, estructura con muchas células que empiezan a
diferenciarse y que tiene la capacidad para implantarse en el útero y dar lugar
al embarazo.
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