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viernes, 13 de marzo de 2020
Los arcanos mayores y la salud
El Loco
Riesgo
de desórdenes, descuidos, excesos. Falta de atención o de cuidado en los
procesos de sanación. Adicciones, insomnio.
El Mago
Muy
buena salud. Si hay enfermedad,
recuperación. Se relaciona con médicos.
La Sacerdotisa
Malestares
ocultos, no revelados aún. Puede hablar de
embarazos con dificultades.
Enfermedades
de mujeres.
La Emperatriz
Buena
salud. Embarazo, anuncios o temas relacionados. Oídos, garganta.
El Emperador
Seguridad
de buena salud y estabilidad. Dolores de cabeza, jaquecas.
El Sumo Sacerdote
Problemas
de comunicación oral o escrita. Asuntos psicológicos en las relaciones con
otros.
Los enamorados
Asuntos.
Malestares o enfermedades del crecimiento y de
la adolescencia. Hormonales.
El Carro
Seguridad,
buena salud, control. Temas relativos al movimiento.
La Fuerza
Temas
y enfermedades sexuales. Problemas cardiacos.
El Ermitaño
Enfermedades
o perturbaciones psicológicas y del ánimo. Recomendación de ir al psicólogo.
Recomendación de reposo y aislamiento.
La Rueda de la Fortuna
Atender
a señales remotas. Hechos inesperados. Puede hablar de accidente, pero no
demasiado graves. Enfermedades con sentido kármico. Soluciones de
enfrentamiento.
La justicia
Puede
hablar de asuntos o enfermedades de musculatura o articulaciones, rigidez. En
materia psicológica habla de exceso de rigurosidad y tozudez.
El Colgado
Temas
hereditarios o de la infancia. Invalidaciones. Sistema linfático e
inmunológico. Problemas neurológicos. Alzas y bajas de presión sin mayor
explicación. Crisis. Enfermedades de difícil diagnóstico.
La muerte
Malestares
que acompañan a los procesos de cambio.
La Templanza
Buena
salud.
El Diablo
Enfermedades
crónicas. Adicciones, jaquecas, excesos, resistencias físicas, alergias.
Enfermedades ocultas y persistentes.
La Torre
Corazón,
aparato circulatorio y presión sanguínea. Enfermedades de la boca. Pueden ser
malestares que llegan de improviso y con mucha fuerza. Por ejemplo un dolor de
muelas, aftas.
La Estrella
Buena
salud en general. Temas psicológicos. Cierto grado de descuido. Somatizar.
La Luna
Embarazo.
Anuncio o asunto relativo. También habla de estados depresivos. Males
recurrentes y que no se revelan siempre. Cosas del pasado que se repiten.
El Sol
En
general es buena salud. Si hay enfermedad, puede hablar de temas de los hijos.
Si hay enfermedad se refiere a temas de la cabeza, piel, jaqueca, tumores.
El Juicio
Enfermedades
que tienden a repetirse o que recurren.
El mundo
Buena
salud. Fin de periodos difíciles. Procesos integrativos. En caso de enfermedad,
fin. Habla de muerte, cuando ella es esperada como un beneficio.
ARCANO PERSONAL
El
arcano personal es una de las herramientas de autoconocimiento más importantes
del Tarot, la cual permite explorar la personalidad del individuo desde nuevas
perspectivas. Para determinar el arcano personal, es necesario reducir los
números de la fecha de nacimiento a una sola cifra (por medio de procedimientos
matemáticos simples).
El
número obtenido en el proceso, debe corresponder con uno de los 22 Arcanos
Mayores del Tarot, por lo que la cifra en cuestión tiene que encontrarse en el
rango del 1 al 22.
Es
importante destacar que, en el cálculo del arcano personal, el Arcano Mayor El
Loco, al que se le atribuye el número cero (0), pasa a identificarse con el
número veintidós (22).
Conocer
tu arcano personal es un poderoso ejercicio de autodescubrimiento, que te
ayudará a observar el potencial que permanece oculto, además de aquellos rasgos
de la personalidad que deseas superar.
Una
vez determines cuál es tu arcano personal, te invito a que examines su imagen
con detenimiento, y analices la influencia que el arquetipo en cuestión ha
ejercido en tu vida. A continuación, se presenta una breve descripción de los
aspectos más relevantes de los Arcanos Mayores del Tarot de la Marsella,
utilizados como arcano personal.
EL
MAGO (1)
Mente
práctica. Multifacético. Intuitivo. Seguro de sí mismo. Creativo. En baja
vibración, puede ser un individuo imprudente, apático o egoísta.
LA
PAPISA O SACERDOTISA (2)
Sujeto
equilibrado y comprensivo. Analítico e interesado en adquirir conocimientos.
Prudente y leal. En baja vibración, representa a alguien depresivo, amargado,
manipulador y con conflictos de fe.
LA
EMPERATRIZ (3)
Generoso,
entusiasta, creativo y práctico. En baja vibración, puede dejarse dominar por
el miedo interno, transformándose en alguien peligroso, soberbio, ambicioso e
iracundo.
EL
EMPERADOR (4)
Confiable,
motivador, disciplinado, responsable, y justo. En baja vibración, es
autoritario, y prefiere optar por lo seguro antes que correr riesgos, a pesar
de que esto no agrave la situación actual.
EL
PAPA O SUMO SACERDOTE (5)
Motivador,
comprensivo, dispuesto a dar apoyo o consejo, ético y responsable. En baja
vibración, es terco, dogmático, despilfarrador, mentiroso y con problemas de
fe.
LOS
ENAMORADOS O EL ENAMORADO (6)
Individuo
emocional, comprometido con el concepto del amor, aunque ello no menoscaba su
espíritu de independencia. Prefiere las relaciones profundas.
En
baja vibración, el mundo emocional puede sobrepasarlo, o aturdirlo impidiéndole
entrar en acción, o tolerar una situación en exceso, utilizando el amor como
excusa.
EL
CARRO (7)
Inquieto,
voluntarioso, imaginativo, prudente, humilde, y amante de los retos; sin
embargo, lo no planificado puede sacarlo de quicio. En baja vibración, es
impulsivo y con tendencia a encerrarse en sí mismo.
LA
JUSTICIA (8)
Protector,
diplomático, preocupado por el bienestar ajeno. En baja vibración, es
interesado, subjetivo, intolerante y tiránico.
EL
ERMITAÑO (9)
Paciente,
serio, responsable, reflexivo, y le gusta seguir su propio ritmo. En baja
vibración, puede desconectarse de la vida, convirtiéndose en su propio recluso
y negándose a interactuar con otros.
LA
RUEDA DE LA FORTUNA (10)
Activo,
optimista y con capacidad de adaptación. La Rueda de la Fortuna como arcano
personal somete al individuo a cambios constantes e imprevistos, lo que puede
motivar el entusiasmo por los retos o (en baja vibración), altos niveles de
estrés e irascibilidad.
LA
FUERZA (11)
Persuasivo,
prudente, valeroso, atraído por el autoconocimiento. En baja vibración es
impulsivo, irracional, instintivo y perfeccionista.
EL
COLGADO O EL AHORCADO (12)
Digno,
abnegado y perceptivo. El arcano de El Colgado recuerda un poco a los planetas
retrógrados en astrología, porque impone espacios de tiempo en los que es
necesario tener paciencia y repensar los planes, antes de actuar.
Si
el individuo cae en la baja vibración del arcano, puede sentirse estancado,
pesimista e impaciente.
LA
MUERTE O EL ARCANO SIN NOMBRE (13)
Transformador,
dotado de pensamiento flexible, dinámico y amante de las novedades. En baja
vibración, el sujeto se deja ganar por el apego (a personas y objetos), y
observa la vida desde una perspectiva de miedo al cambio.
LA
TEMPLANZA (14)
Inspirado,
activo (mentalmente), perseverante, alegre, moderado y equilibrado. En baja
vibración, es impaciente, inestable, extremista y competitivo (al extremo).
EL
DIABLO (15)
Dedicado
a la búsqueda del placer, lo que puede conducirlo a un apego excesivo hacia lo
material, el autoengaño, el egoísmo y los sentimientos negativos. Este arcano,
impulsa la superación personal, una vez vencidos los propios demonios.
LA
TORRE O LA CASA DE DIOS (16)
Promotor
de cambios, lógico y con capacidad de adaptación. En baja vibración, es
obstinado, destructivo e inestable.
LA
ESTRELLA (17)
Valeroso,
resilente, proactivo, constante, motivador, inspirado y creativo. En baja
vibración, las crisis pueden paralizarle, y propiciar pensamientos de pesimismo
y desesperanza.
LA
LUNA (18)
Intuitivo,
sensible, empático, conectado con el inconsciente y las experiencias psíquicas.
En baja vibración, es considerado inestable, inconstante, poco práctico y se
mira a sí mismo como un ser incomprendido.
EL
SOL (19)
Alegre,
entusiasta, directo e incapaz de pasar desapercibido. En baja vibración, es un
crítico acerbo, imprudente, egocéntrico, inmaduro, terco, obsesivo e
impositivo.
EL
JUICIO (20)
Consciente,
responsable, innovador y dotado de espíritu renovador. En baja vibración, el
apego a las personas o circunstancias le impide evolucionar.
EL
MUNDO (21)
Maduro,
sabio, estable, responsable, humilde, y objetivo. En baja vibración, es
egoísta, envidioso, desequilibrado y ambicioso.
EL
LOCO (22)
Independiente,
irreverente, ingenuo, honesto, rebelde, excéntrico y original.
En
baja vibración, se trata de una persona insensata, desordenada, brusca,
extremista, nerviosa, y que puede provocar discusiones por el solo placer de
llevar la contraria a otros, aunque no tenga la razón.
Adivinación y autoconocimiento: dos visiones excluyentes
Actualmente el Tarot es usado a partir de
dos visiones diferentes y excluyentes: la visión adivinatoria o futurológica y
la visión de autoconocimiento. Mientras el Tarot Adivinatorio pretende conocer
el futuro, el Tarot de
autoconocimiento busca la transformación
del ser humano. Dentro de ésta visión tenemos varias líneas: Jodorowsky, Enrique Ezquenazi, Liz Greene, Zigler, etc. A
la mía desarrollada a partir de 1987 la llamo Tarot Terapéutico.
El Tarot Terapéutico tiene como objetivos
sintonizar al individuo con su esencia e identificar y ayudar a resolver
bloqueos, miedos y otros patrones de conducta que dificultan su realización
integral.
Los
cinco principios del Tarot Terapéutico:
1.
Nuestras vidas son el producto de nuestras decisiones y no de las
circunstancias. Somos plenamente responsables por la vida que tenemos.
2.
Tomamos nuestras decisiones a partir de nuestras creencias y patrones de
conducta en ellas enraizados; por lo tanto, construimos nuestras vidas a partir
de nuestras creencias.
3. El
principal obstáculo para alcanzar la realización en cualquier aspecto de la
vida somos nosotros mismos, es decir, nuestra resistencia a cambiar los
patrones de pensamiento y conducta que no funcionan.
4.
Atraemos lo que necesitamos para crecer y no lo que pensamos y menos lo que se
nos antoja.
5. Cada
uno de nosotros lleva dentro los potenciales necesarios para realizarse en
todos los aspectos y ser feliz.
La visión adivinatoria y la
terapéutica discrepan en cuatro cuestiones fundamentales:
1° El individuo y sus circunstancias. El Tarot
Adivinatorio pretende conocer hechos, el Tarot Terapéutico comprender los
hechos que ya conocemos. El centro de la cuestión no está en los hechos y las
circunstancias sino en el individuo que las vive.
2° La cuestión del destino. Para quien hace futurología, el destino
gobierna nuestras vidas: “Si naciste para martillo, del cielo te caen los
clavos” y el Tarot acaba siendo un intermediario entre ese todopoderoso destino
y los simples mortales. Así, somos
reducidos a espectadores de nuestras propias vidas, por no decir a
pollos de granja.
Para
el Tarot Terapéutico somos los “cocineros” de nuestro destino, continuamente lo
estamos creando a partir de nuestras decisiones, acciones y omisiones y en
cualquier momento tenemos la posibilidad de cambiarlo. Nuestra capacidad de
crear nuestro futuro es proporcional a nuestra conciencia. El Tarot Terapéutico
es una herramienta para cambiar el destino, pues nos ayuda a tomar conciencia
de lo que realmente está dificultando nuestra realización y muestra qué
actitudes necesitamos tomar si queremos liberarnos.
3° La cuestión de la responsabilidad. Para el
Tarot adivinatorio el ser humano es un esclavo. ¿Qué libertad puede tener
alguien cuya vida está amarrada al destino, hasta el punto de poder conocer su
futuro? Libertad y responsabilidad caminan juntas. Si insistimos en mostrar a
nuestros consultantes que sus vidas son el producto de extrañas, ajenas e
imprevisibles fuerzas como el azar, destino, divina voluntad, o trabajos de
magia estamos degradando los seres humanos a la categoría de irresponsables que
nunca podrán liberarse por sí mismos. Y entonces llegan los salvadores...
Según la visión terapéutica somos totalmente
responsables por la vida que llevamos. Parar de colocar la responsabilidad (o
la culpa) de nuestra situación en los demás, en la pareja, los padres, el jefe,
el gobierno, el destino... es el primer paso para cambiar. “La felicidad y la
fortuna son cuestiones de elección y no de suerte”. Osho.
4° La cuestión del bien y del mal. El bien y el
mal no son verdades absolutas. Lo que es bueno para una persona hoy, puede no
serlo mañana. Lo que es bueno para mí, puede no serlo para usted. No existen
enfermedades y si enfermos. El Tarot Terapéutico no trabaja con el bien y el mal, sin embargo
considera:
a.-
que existe un aspecto nuestro, particularmente íntimo que no fue alcanzado por
las manipulaciones y chantajes de la programación familiar, donde reposa la
esencia del ser humano.
b.-
que algunos aspectos de la programación familiar fueron negativos. Estas
consideraciones son ajenas al Tarot adivinatorio que muchas veces toma
prestados sus conceptos de bien y mal de las religiones oficiales, adoctrinando
todavía más sus consultantes y dificultando que éstos sean ellos mismos.
En
el Tarot tenemos tres grupos de cartas:
Los
22 Arcanos Mayores son representaciones simbólicas de los Arquetipos o Ideas
Universales presentes en el inconsciente colectivo que cambian con la evolución
de la humanidad. Representan también estados de conciencia y sus
manifestaciones prácticas que van de la potencialidad absoluta del Loco hasta
la realización plena del Universo.
Las
16 Figuras de la Corte dejan de ser personas, hombres y mujeres con
determinadas características físicas o psíquicas que van a aparecer o desaparecer, trayendo
alegrías o desgracias, para transformarse en 16 tipos de personalidad que,
dependiendo de la posición en la cual aparecen, se manifiestan como actitudes
diferentes, más neuróticas o más creativas.
Los
40 Arcanos Menores son expresiones de nuestra vida cotidiana en cuatro
aspectos:
·
Los de Bastos o de Fuego muestran como el
consultante expresa su energía, abarcando fundamentalmente el mundo profesional
y las manifestaciones instintivas y creativas.
·
Los de Copas o de Agua, muestran diferentes
estados emocionales.
·
Los de Espadas o de Aire, indican como está
nuestra mente y cuáles son sus mecanismos.
·
Los Discos (Oros, Pentagramas o Monedas) o de
Tierra, hablan de nuestra relación con
nuestro cuerpo físico y con el mundo material.
Observemos
como se establece un paralelismo exacto entre la estructura del Tarot y la del
ser humano que facilita la entrada en profundidad en los cantos oscuros de la
psique.
La Lectura Terapéutica
Los
viejos sistemas de lectura tipo: Presente, Pasado y Futuro no sirven más si
queremos colocar el centro de la cuestión en la auto transformación del ser, es
decir, en identificar los patrones de conducta, sistemas de creencias, bloqueos
y miedos que tienen que ser disueltos y en las actitudes a tomar para crecer.
Así,
desarrollé en 1987 la LECTURA TERAPÉUTICA, a partir de la tradicional Cruz
Céltica, sistema basado en una disposición de diez cartas siendo que el número
inscrito en cada carta de la ilustración indica en qué orden la carta fue
extraída de la baraja.
Veamos
sus posiciones:
Una
sesión de Tarot Terapéutico tiene un
paralelismo interesante con una consulta con un profesional de la salud. En
primer lugar no lo visitamos por curiosidad sino porque algo nos duele.
El
Tarot Adivinatorio parece con la medicina hospitalaria:
- Doctor me duele aquí.
- Muy bien, tómese este analgésico para el
dolor y este antibiótico (ambos agentes externos) para acabar con el virus
(otro agente externo). Así usted va a sanar y en una semana va a volver al
trabajo y a hacer su vida normal.
Las
causas de la enfermedad y la manera de acabar con ella, según este tipo de
medicina, están fuera de nosotros y aparentemente nada tienen que ver con el
tipo de vida que llevamos y mucho menos con nuestros patrones de pensamiento y
conducta.
En
el Tarot Adivinatorio sucede algo parecido: las causas de nuestros problemas
son externas y las soluciones también son externas: ¿Va a aparecer el hombre de
mi vida? ¿Mi empresa va a dar lucros? ¿Voy a ganar en la lotería?
En el Tarot Terapéutico, las cartas
del Momento Actual que muestran las dificultades y conflictos por los que
estamos pasando, son los síntomas de una enfermedad formada por un conjunto de
patrones de conducta-pensamiento programado, denunciados por las cartas de la
posición del Ancla.
Tampoco
nos quedamos satisfechos con una receta, queremos saber las causas de nuestra
enfermedad y qué debemos hacer para, una vez curados, no volver a enfermarnos.
En el Tarot Terapéutico tenemos las cartas de la posición de la Infancia, que
muestran los orígenes inconscientes del Ancla, las causas profundas que nos
llevan a enfermarnos. Aquí, tomamos conciencia de los trazos de personalidad
que el niño adquirió para obtener la aprobación familiar, fundamental para su
supervivencia psíquica. Observen que todos estos no son agentes externos,
gérmenes o virus, sino que están dentro y muy dentro.
El
profesional de la salud sabe muy bien que el organismo tiene un centro
autorregulador para recuperar la salud. Sería más correcto, entonces, ayudar al
cuerpo a recuperarse que curarlo. En el Tarot Terapéutico, escuchamos la voz de
este centro en la posición de la Necesidad Interna o Voz de la Esencia.
Cuando
comprendemos los conflictos internos, sus orígenes y manifestaciones, cuando
tenemos un diagnóstico, llega el momento de la acción. Necesitamos un método de
trabajo que cambie nuestra vida. El doctor sugerirá actitudes, iniciativas y
medicinas que nos lleven a recuperar la salud. En el Tarot Terapéutico tenemos aquí las cartas de la posición del
Método.
También queremos saber cómo iremos evolucionar durante el tratamiento,
es decir, como va a ser nuestro camino de recuperación y qué resultados podemos
esperar. Todo eso es mostrado por las cartas del Camino de Crecimiento y de los
Resultados Externo e Interno.
Resumiendo:
Tarot Terapéutico
|
Sanador
|
Conflictos
|
Sintomas
|
Ancla
|
Enfermedad
|
Infancia
|
Origenes de la enfermedad
|
Método
|
“Receta”
|
Camino de Crecimiento y Resultados
|
Evolución del cuadro
|
Comenzar
las interpretaciones de cada posición a partir de las frases siguientes pude
ayudar mucho al iniciante.
Momento actual: Estás
sintiendo el impulso interno de ...
Estás
tomando conciencia de…
Estás
cuestionándote…
Ancla: La
dificultad interna que te impide crecer y que
tienes que (y puedes) eliminar es...,
Infancia: Para
ser mínimamente aceptada tuviste que...
Tuviste
que adaptarte a un ambiente de...
Relaciones: Tu
imagen o actitud ante las relaciones es...
Lo
que sustenta la relación es...
El
momento que vives en la relación es...
Necesidad interna: Tu
esencia te está pidiendo que te des cuenta de...
o
que trabajes...,
Método:
Sugiero que hagas...
Sugiero
que dejes de hacer…
ES
importante tomar consciencia de…
Camino de crecimiento: Como
consecuencia de...,
Creces
en la medida que...,
Te
das cuenta y vas asumiendo, comprendiendo o eliminando...
Resultado interno:
Resolviste las dificultades internas para... Eliminaste.....
Desarrollastes
tales talentos y capacidades...
Resultado externo:
Encaras el mundo con la actitud de...
Atraes
una situación externa que te obliga a encarar y te da la chance de resolver...
Colocaremos
varias cartas para cada posición, formando así un mapa del proceso que el
consultante está viviendo, dando las orientaciones precisas para que de un gran
salto hacia delante en su vida.
El Tarot, sus orígenes
Introducción
El
tarot es una baraja de naipes a menudo utilizada como medio de consulta e
interpretación de hechos (presentes, pasados o futuros), sueños, percepciones
o estados emocionales que constituye, además, un tipo de cartomancia. Sus
orígenes datan al menos del siglo XIV. La técnica se basa en la selección de
cartas de una baraja especial, que luego son interpretadas por un lector, según
el orden o disposición en que han sido seleccionadas o repartidas. La baraja de
tarot está compuesta por 78 cartas, divididas en arcanos mayores y menores. La
palabra «arcano» proviene del latín arcanum, que significa "misterio"
o "secreto".
Las
primeras referencias al tarot aparecen en el siglo XV en Italia. La baraja más
antigua es el tarot del duque de Milán, Filippo María Visconti (1412-1447), hoy
día en la Biblioteca de la Universidad Yale. Es conocida actualmente como la
baraja Visconti-Sforza.
De
acuerdo al historiador italiano Giordano Berti, algunas imágenes del tarot de
Filippo María Visconti son iguales a las de otra baraja diseñada por el duque
en 1415: el juego Los XVI Héroes.
En
estudios realizados por ocultistas de los siglos XVIII y XIX, como Antoine
Court de Gebelin, Eliphas Levi y el doctor Gérard Encausse (Papus), se intenta
demostrar la conexión existente entre el tarot y la cábala, así como con el
simbolismo egipcio.
Según
plantean los investigadores Daniel Rodes y Encarna Sánchez, el origen del tarot
habría que buscarlo entre los cátaros medievales y la cultura occitana, cuya
filosofía encaja perfectamente en la idea básica del juego de tarot.
Así,
la presencia de una papisa, la importancia de los personajes femeninos y claras
referencias a un cristianismo distinto al de la ortodoxia romana harían pensar
en un uso original del tarot como una transmisión de un conocimiento
filosófico, si bien con el paso del tiempo pasarían a ser usadas como un
sistema adivinatorio. Pero la papisa fue, en realidad, un símbolo de la fe
cristiana, como demuestran numerosas obras de arte de la Edad Media.
Otros
autores afirman que los gitanos, en su deambular por los países europeos,
promovieron el tarot como un sistema adivinatorio. Hay, de hecho, quien
sostiene que el tarot logró sobrevivir a la Inquisición, ya que los gitanos no
representaban objetivos prioritarios de la jurisdicción inquisitorial, por los
que ellos, sus conocidas prácticas esotéricas y sus efectos personales
consiguieron zafarse de la persecución y la hoguera y llegar hasta nuestros
días. Pero es cierto que los gitanos llegaron a Europa cuando el tarot era ya
conocido. Por otra parte, el tarot se juega en Italia desde el siglo XV, y en
el siglo siguiente se propagó en muchas regiones de Europa: en primer lugar
Francia, después Suiza, Bélgica, Alemania y Austria. La adivinación con el
tarot aparece con seguridad en Italia y Francia en el siglo XVIII.
Parece
que los motivos específicos por los cuales fueron añadidos los
"triunfos" a la estructura del mazo corriente de cuatro palos de 14
cartas, eran ideológicos.
Durante
mucho tiempo las cartas de tarot permanecieron como un privilegio de la clase
alta y, aunque pueden rastrearse hasta el siglo XIV algunos sermones que
arrojaban invectivas contra el demonio inherente a las cartas, la Iglesia
católica y la mayoría de los gobernantes civiles no condenaban habitualmente
las cartas de tarot en los primeros tiempos de su aparición. De hecho, en
algunas jurisdicciones las cartas de tarot estaban específicamente exentas de
normas legales que, por el contrario, prohibían el juego de cartas.
Orígenes de Tarot
Tratare
de dar la explicación más plausible sobre el origen de las cartas normales del
juego y del tarot en particular, siguiendo el orden cronológico y detalles de
las primeras barajas, semejantes a las del tarot, que fueron populares en
Italia durante el siglo XV siguiéndolas en su evolución hasta la definitiva
baraja del tarot del siglo XVIII.
El Libro egipcio de Thoth
En
el volumen I de la obra Le Monde primitif, de 1781, Court de Gebelin ofrece una
convincente argumentación a favor del origen egipcio de las cartas del tarot.
Sostiene que los veintidós arcanos mayores son un antiguo libro egipcio, El
Libro de Thoth, salvado del incendio que destruyó los templos. Thoth era el
Mercurio egipcio, considerado como uno de los primeros reyes, y el mítico
inventor de la palabra y de los jeroglíficos, letras insertadas en una cadena
de acontecimientos místicos. Muchos estudiosos de las ciencias ocultas
reconocen en las cartas del tarot las páginas de los libros jeroglíficos, que
encierran, en una serie de símbolos y figuras emblemáticas, los principios de
la filosofía mística de los egipcios: Gebelin estaba convencido de que los
símbolos esotéricos del tarot se difundieron por toda Europa a partir de las
tribus nómadas de los cíngaros o gitanos.
Ajedrez
El
Chaturange o juego de los Cuatro Reyes, es muy semejante a las cartas de juego
de cuatro palos. Este juego oriental, que se remonta a los siglos V-VI,
precursor del moderno juego del ajedrez, tenía en su origen el Rey, el General
(la actual Reina) y el Caballo, además de los Peones o soldados rasos. Al
principio no existía la Reina, ya que la presencia de una figura femenina en un
juego que reflejaba la estrategia bélica contrastaba con la idea original del
decoro. Es probable que, en cierto momento, algunos jugadores indios se
quedaran sin alguna pieza del Chaturange, recortaran las figuras que faltaban
valiéndose de una corteza de árbol o de un papel dando así origen a un nuevo
juego.
China – Ajedrez – Dominó –
Dados
Un
tipo de cartas chinas tiene el mismo nombre que el ajedrez chino, Keu-ma-pou, o
Carros – Caballos – Fusiles, por lo cual podemos pensar que los juegos de
cartas derivan del ajedrez chino.
Se
cree que el dominó chino, punteado como los dados –de los cuales parece
derivar- se usó al principio en las prácticas adivinatorias. Está compuesto por
veintiuna piezas, que representan las combinaciones de los dos dados. Algunos
expertos consideran que las cartas de juego derivan, en último término, de los
dados, a través del juego chino del dominó de madera.
Flecha adivinatoria coreana
Las
barajas coreanas de ochenta cartas, llamadas Htou-Tjyen, sugieren la idea que
los juegos de cartas coreanas derivan de las flechas adivinatorias. Estas
cartas suelen ser fajas de papel oleado, de 20 cm de longitud y 0,5 cm de
anchura. El reverso está uniformemente decorado con una flecha emplumada. Las
barajas incluyen ocho palos. Las cartas presentan frontalmente haces de flechas
estilizadas que conservan, respecto a los distintos palos, el significado
simbólico del carcaj. Por eso se ha pensado que estas cartas traen su origen de
las flechas adivinatorias.
Los cíngaros o gitanos
Muchos
asocian las cartas adivinadoras a los cíngaros, originarios del Indostán y
expulsados de Italia, a comienzos del siglo XV, por Timur Lenk, el conquistador
musulmán de la mayor parte del Asia Central y de la Europa Oriental. Los
cíngaros son universalmente reconocidos como los cartomantes por antonomasia,
pues se cree que llevan en la sangre las virtudes adivinatorias.
Tribus
de cíngaros empezaron a desplazarse hacia Occidente alrededor del año 1400,
atravesando el Indo, Afganistan y los desiertos de Persia y moviéndose a lo
largo del Golfo Pérsico, hasta la desembocadura del Eufrates. Adentrándose en
los grandes desiertos de Arabia encontraron distintos caminos hacia Europa.
Pequeñas tribus nómadas se habían detenido en Creta, Corfú y los Balcanes,
antes del 1350. En 1417, una tribu de cíngaros llegó cerca de Hamburgo, en
Alemania. Otras fuentes hablan de cíngaros en Roma en 1422 y en Barcelona y
París, en 1427.
Sea
como fuere, existen buenas pruebas para creer que los cíngaros llegaron a
Europa sólo algún tiempo después de la aparición de las cartas de juego.
Johannes, un monje alemán
En
una carta enviada por este monje a Brefeld, en Suiza, afirma que “un juego
llamado el juego de las cartas (Ludus cartarum) ha llegado a nosotros este año
de 1377”; pero añade que “ignora cuándo fue inventado, donde ni por quien”.
En
su tratado –que se conserva en la colección del Museo Británico de Londres-,
Johannes compara el juego de las cartas con el del ajedrez “ya que en ambos hay
reyes, reinas, nobles y plebeyos”.
Mazos antiguos de tarot
Las
cartas de tarot más antiguas que sobreviven son las del llamado Tarot Cary-Yale
(o Tarot Visconti-Modrone), que fue creado en 1442-1447 por un pintor anónimo
para los Visconti-Sforza, la familia dominante de Milán. Las cartas (solo 66)
están hoy día en la Biblioteca de la Universidad de Yale, EE.UU.
Entre
los primeros mazos de tarot, el más famoso fue pintado a mediados del siglo XV
para celebrar la conquista del poder en Milán por Francesco Sforza y su esposa
Bianca Maria Visconti, hija del duque Filippo Maria. Probablemente fue pintado
por Bonifacio Bembo, pero algunas cartas fueron hechas por miniaturistas de otra
escuela. 35 de las cartas están en la Biblioteca y Museo Morgan, 26 en la
Accademia Carrara, 13 en la Casa Colleoni y dos, el Diablo y la Torre, se
encuentran pérdidas o, quizá, no se hicieron nunca. Este mazo de tarot
"Visconti-Sforza", que ha sido largamente reproducido, combina los
palos de espadas, bastos, oro y copas y las figuras rey, reina, caballo y sota
con triunfos que reflejan la iconografía convencional de la época en un grado
significativo.
Las cartas de triunfo
Las
cartas que más adelante caracterizarían al tarot parecen haberse desarrollado
unos 40 años después, y se mencionan en el texto superviviente de Martiano da
Tortona.11 Se cree que Martiano lo escribió entre 1418 y 1425, dado que en
1418 su pintor Michelino da Besozzo volvió a Milán, y Martiano murió en 1425.
No se puede probar que las cartas de tarot no existieran antes de esa fecha,
pero parece improbable ya que el texto de Martiano fue escrito por lo menos
quince años antes que otros documentos corroborativos.
El
mazo del Tarot que Martiano describe se puede considerar un precedente del mazo
que conocemos hoy en día, ya que es distinto en algunos aspectos; por ejemplo,
su mazo tenía solo 16 triunfos, sus figuras no eran comparables a las cartas
ordinarias de tarot (hay dioses de la mitología griega) y los palos no son los
españoles comunes sino cuatro clases de pájaros.
Lo
que vincula al mazo de Martiano con las cartas de tarot es que esas 16 cartas
estaban consideradas como triunfos en el juego de cartas; alrededor de 25 años
después, un casi contemporáneo, Jacopo Antonio Marcello, las llamó ludus
triumphorum, o «juego de los triunfos». La correspondencia en la cual Marcello
usó ese término ha sido documentada y traducida en Internet.
El
siguiente documento que parece confirmar la existencia de algo similar a los
naipes de tarot, son dos mazos de Milán (el Brera-Brambrilla y el Tarocchi
Cary-Yale) —existentes, pero incompletos— y tres documentos, todos del Tribunal
de Ferrara, Italia. No es posible poner una fecha precisa a las cartas pero se
estima que fueron hechas alrededor de 1440. Los tres documentos datan del 1* de
enero de 1441 a julio de 1442, con la palabra trionfi documentada por primera
vez en febrero de 1442. El documento de enero de 1441, que usa la palabra
trionfi, es visto como poco fiable; sin embargo, el hecho de que el mismo
pintor, Sagramoro, fue comisionado por el mismo patrón, Leonello d'Este, como
en el documento de febrero de 1442, indica que es al menos plausiblemente un
ejemplo del mismo tipo. Después de 1442 pasan siete años sin ningún ejemplo de
material similar, lo que permite inferir que no hubo una mayor difusión en esos
años.
El
juego pareció ganar en importancia en el año 1450, que fue un año de Jubileo en
Roma, lo que implicaba muchas festividades y movimiento de peregrinos. Hasta
ese momento todos los documentos relevantes apuntaban a un origen de las cartas
de trionfi en la clase alta de la sociedad italiana, específicamente las cortes
de Milán y Ferrara, en esa época, las cortes más exclusivas en Europa.
El Tarot de Mantegna
El
tarot de Mantegna, o las cartas de Baldini, comprende cincuenta cartas
instructivas, subdivididas en cinco grupos de diez cartas cada uno. Están
ordenadas de acuerdo con el orden Universo. En cada grupo, las figuras respetan
una jerarquía de importancia. Cada grupo sigue el orden numérico progresivo y
el orden alfabético decreciente, de manera que el último grupo, que comprende
la categoría de los planetas, termina con la Causa Primera de todas las cosas,
Dios y lleva la letra A.
El
museo británico de Londres posee una serie incompleta de cuarenta y siete
cartas, que podrían remontarse a 1470 o 1485. En los principales museos y en
colecciones privadas de los Estados Unidos y de Europa se encuentran otras
barajas.
El Tarot de Venecia
El
tarot de Venecia o de Lombardia tiene setenta y ocho cartas, veintidós arcanos
mayores y cincuenta y seis arcanos menores. Aparece por primera vez la figura
de Papasse (Papisa) que, en los sucesivos mazos de tarot, se convertirá en la
Papessa y que, en torno al 1800, en Besancon, adoptará el nombre de Junon.
El pequeño Tarot de Bolonia
Las
setenta y dos cartas del pequeño tarot de Bolonia fueron inventadas, al
parecer, por Francesco Fibbia, príncipe de Pisa, exiliado en aquella ciudad,
donde murió en 1419. La baraja está compuesta por los acostumbrados veintidós
arcanos mayores, mientras que las cartas numéricas son sólo cuarenta, ya que
las cartas menores (2, 3, 4 y 5) de todos los palos han sido eliminadas. Ni en
los arcanos mayores ni en las figuras se ven títulos ni nombres. Los primeros
cuatro atouts no están numerados y las figuras del Papa, del Emperador y de la
legendaria Papisa son sustituidas por los moros, probable consecuencia de la
anexión de Bolonia al Estado Pontificio, ocurrida después del 1513. Los palos
son los acostumbrados: espadas, bastos, copas y oros.
La baraja de Florencia
Es
semejante al mazo de setenta y ocho cartas, pero aquí el número de cartas se
eleva a noventa y siete. Comprende cuarenta y una cartas de triunfos,
diecinueve de la serie original, además, los doce signos del zodiaco, los
cuatro elementos, las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) y una
virtud cardinal (Prudencia).
Las
primeras treinta y cinco cartas, llamadas papi, están marcadas con números
romanos y carecen de títulos. Las siguientes cinco cartas no numeradas,
llamadas arie, son colocadas, sin título: Las estrellas, La Luna, El Sol, El
Mundo y el Juicio Final, a veces representado en la Fama. Los Honores, también
sin nombres, son invariablemente figuras aisladas. Este juego es anterior al
pequeño tarot de Bolonia y se remite parcialmente al tarot de Venecia.
Baraja Visconti – Sforza
Una
de las más antiguas barajas existentes tuvo su origen en Milán en el siglo XV,
Francesco Sforza, cuarto duque de Milán, fue el primer poseedor de una baraja
de tarot de setenta y ocho cartas, llamada hoy “baraja Visconti – Sforza”.
Consta de los cuatro palos (espadas, bastos, copas y oros) y de los veintidós
arcanos mayores incluido el Loco. Esta baraja fue pintada probablemente, entre
1432, año en el que el matrimonio de Francesco Sforza y Blanca María Visconti
unió a las dos familias, y 1466, año en que murió el duque Francesco.
Treinta
y cinco cartas de esta baraja –incluidos los arcanos mayores, sin título ni
número- fueron adquiridas, en 1911 por la Pierpont Morgan Library de Nueva
York. De las restantes cartas, veintiséis están en posesión de la Accademia
Carra de Bérgamo y trece, de la familia Colleoni, también de Bérgamo. Las
cuatro cartas que faltan, se han perdido.
El Tarot de Marsella
A
finales del siglo XV, la baraja del tarot italiano había sufrido modificaciones
y en toda Europa, aunque especialmente en Francia, el tarot de Marsella
–distinto en el estilo y en el dibujo, pero idéntico en lo demás- alcanzó gran
popularidad. Los veintidós arcanos mayores y los dieciséis honores presentan
figuras enteras en lugar de las desdobladas en dos mitades, de uso en las
barajas modernas del tarot piamontés. Por otra parte, en las más antiguas
barajas vemos la numeración romana en vez de la árabe. Las cartas del tarot que
circulaban por Europa, fuese cual fuese su procedencia, tenían siempre los
títulos de los arcanos mayores en francés y los símbolos de los palos eran
constantemente los italianos: espadas, bastos, copas y oros.
El pequeño Tarot de Mitelli
Giuseppe
María Mitelli, grabador y pintor boloñés, nació en 1634 y murió en 1718. En
1664, Mitelli grabó una serie de setenta y dos tarots, compuestos por cuatro
palos, cuatro honores y cartas numeradas del 10 al 6 y el as, además de
veintidós atouts, incluido el Loco. El atout más alto es el Juicio y el más
bajo, el Tiempo. En el as de Copas se ve el escudo de Bentivoglio –noble
familia boloñesa de antiguo origen -, los destinatarios de las cartas grabadas.
Mitelli
alteró notablemente las representaciones normales de los atouts o triunfos. Por
ejemplo, las figuras de los Papas (masculino y femenino) se convirtieron en dos
Papas barbudos, uno, sentado y el otro, de pie, este último probablemente,
entendido como el Patriarca de Oriente. El Emperador y la Emperatriz están
representados como los soberanos de Oriente y Occidente. El Ahorcado (Le Pendu)
es sustituido por un hombre que golpea a otro con un martillo de herrero. El
Ermitaño, con pesada armadura, se transforma en una figura desnuda y alada, el
Tiempo, apoyada sobre muletas. El Sol y la Luna, artísticamente elaborados, se
convierten, respectivamente, en Apolo, el mitológico dios griego, y en Diana,
la mitológica divinidad romana.
El
dibujo es de delicada factura, en particular, el Loco y el Mago, exquisitamente
expresivos. En general se encuentra alguna dificultad en hacer coincidir estas
figuras con las tradicionales. Las cartas de Mitelli son admirables, más que
por su factura por el carácter estrambótico y genial de los dibujos.
Tarot clásico
La
clásica baraja del tarot del siglo XVIII se basa en los originales grabados en
madera Claude Burdel. La baraja de Burdel contiene los habituales palos
italianos y los veintidós arcanos mayores. El dos de oros lleva la inscripción
“Claude Burdel Cartier et Graveu, 1751”. La presencia de las iniciales “C.B.”
en el tres de copas y en el Carro demuestra que Burdel era también fabricante
de cartas. Pese a la presencia del escudo francés en las barajas de Burdel, es
posible que las cartas fuesen emitidas originariamente en Suiza, en Soletta o
en sus alrededores, desde el momento en que el escudo francés también adorna
los grabados de este cantón, probablemente porque Soletta fue durante años la
residencia del Embajador francés cerca de la República Helvética.
Etimología de las voces
tarot y tarotée
El
origen de la palabra tarot, como el de las mismas cartas permanece oscuro.
Algunos estudiosos creen que deriva de lemas egipcios, mientras que otros la
consideran como una evolución del término tarotée, que indicaría el reverso de
las primeras cartas, de líneas entrecruzadas transversales de distinta
longitud, mantenido en las cartas modernas.
Otras
cartas antiguas estaban adornadas con una faja de plata, decorada con una
espiral formada por pequeños puntos. Estos semejantes a pequeños agujeros, eran
llamados tares, y las cartas decoradas de esta forma fueron llamadas tarots o
tarotées.
La
palabra tarot podría derivar también de los juegos tarochi o tarochino, a los
que ya me he referido.
En
los estatutos de la Corporación de los fabricantes de cartas de París (1954),
los “cartarios” se llaman a sí mismos tarotiers, derivación de la palabra
tarot.
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